La hidroelectricidad es la fuente de energía más abundante en el Noroeste. Además, es confiable y renovable, gracias a los beneficios y la previsibilidad del ciclo del agua de nuestro planeta.

El ciclo del agua, también llamado ciclo hidrológico, es el camino que recorre el agua al cambiar de estado sólido a líquido y a gaseoso, y luego en sentido inverso, "reciclándose" una y otra vez. La Tierra tiene toda el agua que tuvo o llegará a tener; el agua que usted bebe se ha reciclado alrededor del planeta por miles de millones de años.

De la luz del sol a la turbina
snip of hydropower poster - mountains and snowpack



Cuando el sol calienta nuestros océanos, ríos y lagos, el agua se convierte en vapor, o se evapora, y luego sube a la atmósfera donde se enfría y se condensa formando nubes. En cuanto la cantidad suficiente de vapor de agua se condensa en las nubes, se forman gotas de agua que caen de nuevo a la superficie de la Tierra como lluvia, nieve, granizo u otras formas de precipitación. La mayor parte del agua regresa a la superficie como lluvia. La lluvia que cae sobre las tierras y se desplaza en ellas se denomina escorrentía y puede incorporarse nuevamente a ríos y océanos. La escorrentía proviene también del derretimiento de nieve y hielo: así recibe el río Columbia la mayor parte de su agua. Una parte de la precipitación es absorbida directamente por el suelo, donde se convierte en agua subterránea.

En forma similar al ciclo del agua, el proceso de generación hidroeléctrica “recicla” el agua que pasa a través de las turbinas. A diferencia de otras fuentes de energía, como el carbón o el gas natural, las plantas hidroeléctricas no consumen el material que las sustenta. El agua continúa fluyendo corriente abajo, sin modificarse, antes de reciclarse una vez más.